En la balística de efectos
estudiamos la forma en que actúa el proyectil al llegar al blanco, sus
deformaciones, la manera de transferir su energía cinética al blanco, los
efectos sobre el objetivo y el funcionamiento de ciertos proyectiles concretos,
entre otras cuestiones. A su vez, la balística de efectos posee diversas
especialidades, según el enfoque adoptado para su estudio. Por un lado, está la
Balística Forense, cuyo fin es la identificación de las armas a través del
proyectil disparado analizando sus marcas, las del rayado, las trayectorias,
etc. Es una disciplina de evidente aplicación policial y judicial desde el
punto de vista identificativo y de averiguación de las circunstancias de los
hechos delictivos y sus autores. La balística forense basa su método en el
estudio de los siguientes parámetros:
1. Las armas, determinando tipos de armas, sus marcas y modelos, calibres,
números de serie y posible intervención de estas en hechos delictivos.
2. La cartuchería, para averiguar su calibre, características técnicas,
composición, procedencia, etc. Dentro de este apartado cobra especial
relevancia el estudio de las vainas percutidas el cual arroja datos sobre el
tipo de arma que disparó el cartucho y si esta ha sido utilizada o no en otros
hechos similares.
3. Reconstrucción de hechos a través del análisis de las distancias, las
trayectorias, los disparos realizados, etc.
4. Los tejidos artificiales. Estudio de las ropas de víctimas de disparos
en orden a la determinación de distancias, posiciones, determinación de
orificios de entrada y salida o residuos que quedan adheridos a las mismas tras
el disparo.
5. Los tejidos orgánicos. Efectos que sobre los distintos órganos del
cuerpo humano tienen los proyectiles.
Otra especialidad es la Balística
de las Heridas, en íntima relación con la cirugía de guerra, que estudian desde
el punto de vista médico los efectos de los proyectiles sobre los cuerpos vivos
y los daños y efectos que producen en sus diferentes órganos, así como la forma
de tratar las heridas producidas por las armas de fuego. Otra de las
disciplinas de la balística de efectos sería aquella que estudia la efectividad
de los proyectiles en punto al cumplimiento del objetivo que se pretende de un
arma defensiva.
Respecto de los efectos propiamente
dichos, y que dan nombre a esta variedad de la balística, es de rigor enunciar
aquellos que son básicos para entender el funcionamiento de un arma. El primero
de ellos sería la precisión, o capacidad para alcanzar un punto concreto por
parte de sucesivos disparos. En el tiro policial o, en todo caso, el aplicado
al mundo del tiro deportivo, tratamos de agrupar los impactos de la forma más
cerrada posible. A esto se llama agrupamiento de los disparos. La precisión
depende de muchos factores: de las características de fabricación del arma y
del cartucho, de la geometría de la bala, del resultado de la alineación de
miras por el tirador y la del propio tirador.
Puesto que toda herida producida
por proyectil, depende principalmente de la velocidad, las armas de fuego se
deben clasificar como, de baja o de alta velocidad. Las armas que se catalogan
de baja velocidad son aquellas que desarrollan velocidades de 2.000
pies/segundo, e incluyen dentro de este grupo a todas las pistolas, revólveres
y algunos rifles. Las heridas que son producidas por este tipo de armas son
menores que las que se producen por armas de alta velocidad como son los rifles
de asalto (R15- AK-47, M-60 etc.). Las armas de baja velocidad también pueden
producir heridas mortales, dependiendo del sitio donde impactan. Un factor
importante a tener en cuenta con las heridas que se producen con armas de alta
velocidad es que estas traen consigo el factor adicional de la presión
hidrostática y este factor puede por sí solo aumentar considerablemente la
lesión.
Los
factores que inciden o contribuyen al daño tisular son:
1. El tamaño del proyectil - Entre más grande sea la bala, mayor la
resistencia, y más grande el trayecto.
2. Deformidad del proyectil - la nariz hueca y suave se aplasta al impacto
lo que resulta en una mayor superficie involucrada.
3. Semicamisa - la camisa o superficie se expande y se agrega a la
superficie.
4. Tubo o Rodamiento - causa un trayecto más ancho de destrucción
5. Desviación - el proyectil puede oscilar verticalmente y horizontalmente
con respecto a su eje, lo que ocasiona una superficie más grande frente a los
tejidos.
Las
heridas por lo general se componen de tres partes que son muy importantes.
1. Herida de entrada - en la lesión que se produce cuando el proyectil
entra al tejido y genera una cavidad temporal.
2. Herida de salida - no toda herida de entrada tiene herida de salida, y
en ocasiones pueden existir varias heridas de salida debido a la fragmentación
del hueco que produce le proyectil. Generalmente la herida de salida es más
grande y tiene bordes mal definidos o irregulares
3. Herida interna - son las lesiones que causan principalmente las heridas
de arma de baja velocidad, donde se da un daño tisular por el contacto del
proyectil con el tejido. Los proyectiles de alta velocidad producen daño por
contacto tisular y por la transferencia de energía cinética a los tejidos
adyacentes.
ZONAS
EXPUESTAS AL TRAUMA POR PROYECTIL
1. Cabeza - Cualquier lesión es esta área es potencialmente grave, pues
puede lesionar directamente las estructuras cerebrales o comprometer, a nivel
central, la función respiratoria.
2. Cuello - Su mayor relevancia esta en las posibles lesiones de la columna
cervical, lo que implica riesgos de tetraplejia. Aquí se encuentra la tráquea
parte importante de la vía aérea; además, existe la posibilidad de lesión de
los grandes vasos que pasan a través del cuello y que pueden dejar sin riego
sanguíneo al cerebro.
3. Tórax - Pueden resultar lesionados órganos tales como el corazón,
pulmones y grandes vasos, además de la columna por su cara posterior.
4. Abdomen - Cabe considerarla siempre como una situación de emergencia,
por la posible ruptura de grandes vasos y órganos (hígado, bazo y páncreas,
entre otros).
5. Extremidades - El principal tipo de lesiones que implican riesgo vital
del paciente lo constituye la ruptura de vasos de los grandes huesos, con la
consiguiente pérdida importante de sangre.
MECANISMO
DE LESIÓN
Las características del proyectil,
el tipo de tejido afectado determinan la índole de la herida. Las primeras son
inherentes en parte al proyectil (masa, forma y estructura) y también depende
del arma utilizada (velocidad longitudinal y rotatoria). Determinar cómo son
las características del tejido (elasticidad, densidad y relaciones anatómicas)
afecta en un valor considerable al carácter de la lesión. La gravedad de la
herida por arma de fuego está sujeta a la orientación que esta tenga (estría) a
través del paso por el tejido comprometido, su fragmentación o deformación.
Hay dos mecanismos de lesión importante en las heridas
por arma de fuego como los son: la
compresión en el que incide el proyectil (donde se genera cavidad
permanente) y la distención de las
paredes donde impacta el proyectil (cavidad temporal). No podemos olvidar
que antes del impacto del proyectil a este lo precede una onda de presión
sónica, que si bien no juega un papel tan importante en la lesión.
COMPRESIÓN
DEL TEJIDO
Cuando el proyectil incide en el
tejido genera un aplastamiento, creando un trayecto de vía permanente que se
conoce como cavidad permanente. Si la bala se va desplazando hacia adelante y
su eje longitudinal va paralelo a la trayectoria donde viaja el proyectil (0
grados entre el eje y la trayectoria), este comprime en tubo. Su característica
principal es que el diámetro del tejido no es mayor al tamaño del proyectil
cuando impacta, pero cuando la bala viaja y se inclina a 90 grados todo el eje
longitudinal golpea el tejido. Una bala a 90 grados puede hacer más daño de
tejido que una que va a 0 grados.
Cuando las balas son de punta
huecas o blandas chocan con un tejido blando a una velocidad suficiente para
que se produzca deformidad y esta adopte la forma de un hongo. Todo esto hace
que se incremente el área y la cantidad de tejido comprimido.
Cuando el proyectil se fragmente
este también hace lo mismo en aumentar el volumen de tejido comprimido, una vez
fragmentada el área de superficie de la bala trayendo consigo una mayor
compresión del tejido afectado. En el caso de armas de fuego de gran calibre
(magnum 44-45 o rifles) cuando estos chocan contra estructuras Oseas, es donde más
se genera la fragmentación inicial del proyectil. Estos fragmentos óseos al ser
despedidos por la fuerza del proyectil, también se convierten en proyectiles
secundarios y generan compresión de tejidos adyacentes.